lunes, 31 de diciembre de 2012

Las relaciones sexuales y la posesión de otro



   
Si «poseer» significa «tener relación carnal con otro», entonces las relaciones sexuales no existen pues tampoco existe tal posesión.

Analicemos brevemente qué nos dice «el libro amigo», «la biblia pagana», el Diccionario de la Real Academia Española, de una palabrita que con aparente ingenuidad participa en nuestra Única Misión (conservar la especie) (1). Me refiero al verbo «poseer» (2):
poseer.
(Del lat. possidēre).
1. tr. Dicho de una persona: Tener en su poder algo.
2. tr. Saber suficientemente algo, como una doctrina, un idioma, etc.
3. tr. Dicho de una persona: Tener relación carnal con otra.
4. tr. Der. Tener una cosa o ejercer una facultad con independencia de que se tenga o no derecho a ella.
5. prnl. Dicho de una persona: Dominarse a sí misma, refrenar sus ímpetus y pasiones.
 Observemos las acepciones 3 y 5, resaltadas en color amarillo.

Utilizándolas en un único pensamiento, podemos decir que «X se posee y posee a su cónyuge», para expresar que «X» domina sus impulsos y tiene relaciones sexuales con su cónyuge.

En resumen: «X» es alguien que posee, tiene y domina.

El sentido común nos lleva a pensar que donde hay un poseedor existe algo poseído. Si llevamos esta idea a un vínculo de pareja, uno posee y el otro es poseído.

¿Cómo se definen esos roles?

Jacques Lacan (3) decía que «la relación sexual no existe» porque cada uno está imaginando al otro de tal forma que cuando A hace el amor con B lo que realmente ocurre es que A está haciendo el amor con quien cree que es B, mientras que B está haciendo el amor con quien cree que es A.

Pero también podríamos argumentar que la inexistencia de la relación sexual obedece a que los intentos de poseer al otro nunca se concretan realmente.

     
(Este es el Artículo Nº 1.774)

El embarazo interpretado como un retardo



   
El salario femenino suele ser menor porque lingüísticamente se considera que una mujer con hijos padece un retardo.

Las cuatro acepciones que tiene la palabra «embarazar» (1), son:
1. tr. Impedir, estorbar, retardar algo.
2. tr. Dejar encinta a una mujer.
3. prnl. Dicho de una mujer: Quedarse embarazada.
4. prnl. Quedar impedido con cualquier embarazo.
En muchas ocasiones me remito al significado oficial de las palabras porque el lenguaje dista mucho de ser una ciencia exacta.

Sin embargo, a partir de este código tan poco estricto tomamos decisiones en el marco de alguna configuración del mundo, de un cierto punto de vista, de alguna filosofía específica, de alguna doctrina concreta y, más aun, acordamos con otras personas algunos compromisos que tienden a cumplirse a lo largo del tiempo.

En suma 1: el lenguaje es impreciso pero de todos modos algo hacemos con él, aunque los resultados dejen mucho que desear.

Como vemos, la palabra «embarazar» significa, entre otros significados, retardar. Considerando las leyes básicas del castellano, podemos decir que una mujer «embarazada» es o está, retardada o retrasada.

En varios países se utilizan estas expresiones para describir un retardo mental. Textualmente, el D.R.A.E. dice:

2. adj. Dicho de una persona: Que no tiene el desarrollo mental corriente.

Si nos despojamos de todo criterio humanitario (como ocurre en muchas decisiones en contextos capitalistas), podemos pensar que una mujer puede cursar períodos de «embarazo = retardo».

A estas cuarenta semanas (9 meses) de «embarazo = retardo», deben agregarse otro largo período post-parto, durante el cual, si bien no está clínicamente «embarazada = retardada», tiene compromisos muy superiores a los que tenía cuando el hijo vivía sin darle trabajo dentro del útero.

En suma 2: Los criterios salariales aplicados a las mujeres pueden estar influidos por ese significado «embarazada = retardada».

 
(Este es el Artículo Nº 1.752)