sábado, 5 de noviembre de 2011

La frustración como objetivo sexual

Aunque suena paradójico, algunos gozan del placer sexual satisfaciéndolo mientras otros lo gozan frustrándolo después de haberlo estimulado eficazmente.

A pesar de mi indisimulada aversión a los libros y a cualquier otra forma de pensamiento estático, estancado, definitivo y concluyente, hago una excepción con el diccionario, que si bien padece esos vicios de «fijedad», se corresponde bastante bien con el uso del idioma que hacemos para comunicarnos.

En este caso quiero dejarles un comentario sobre el verbo «joder», el que, según la Real Academia Española (*) tiene los siguientes significados:

joder.
(Del lat. futuĕre).
1. intr. malson. Practicar el coito. U. t. c. tr.
2. tr. Molestar, fastidiar. U. t. c. intr. y c. prnl.
3. tr. Destrozar, arruinar, echar a perder. U. t. c. prnl.
joder.
1. interj. U. para expresar enfado, irritación, asombro, etc.

Una expresión campera rioplatense, dice: «Joder es muy lindo, pero mucho más lindo es dejarse de joder [no seguir molestando]».

Si tomamos en cuenta que «joder» significa «fornicar», nos encontramos con que la acción fundamental para cumplir la única misión (1) de cualquier ser vivo (conservar la especie), está asociada lingüísticamente a una molestia.

Las incomparables sensaciones voluptuosas con las que la naturaleza nos paga (2) nuestra tarea de conservar la especie se enfrentan (contradicen) a esta evocación de una molestia.

Aparece aquí una característica humana (quizá no compartida por ningún otro ser viviente), según la cual nuestro menú deseante incluye una atracción y un rechazo por la misma acción (fornicar).

Corresponde entonces tener en cuenta estas evidencias para no olvidar que los humanos gozamos con el placer y con la frustración del placer.

No deberíamos sorprendernos que una actitud seductora, en la que cualquier desprevenido podría suponer que tiene por objetivo gozar sexualmente, en realidad tiene por objetivo gozar frustrando ese desenlace.


(*) Diccionario de la R.A.E.

(1) La única misión

(2) El orgasmo salarial

El grato oficio de fornicar

Las fantasías sexuales y el dinero

Menos orgasmos y menos salario

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