lunes, 4 de abril de 2011

Por qué «correcto» equivale a «débil»

Los ciudadanos hemos acordado respetar las normas, pero el propio lenguaje sugiere lo contrario.

Gracias al enriquecimiento que se genera con la participación de los lectores, obtuve un dato curioso del que pueden ser extraídas algunas conjeturas.

En un artículo de reciente publicación (1) les comentaba que las normas de convivencia que nos rigen están para ser respetadas ... por todos aquellos que no puedan transgredirlas.

Y agregaba capciosamente (con cierta malignidad de mi parte) que esa minoría de irrespetuosos suelen ser personas provistas de un gran poder (personal, político, económico).

Es posible suponer que nuestro lenguaje hace que la comunicación sea imperfecta porque lo que trasmite no siempre es exacto, sino que son admisibles varias interpretaciones.

El vocablo «hético» designa a quien padece tuberculosis pero, por extensión, también significa «Muy flaco, casi en los huesos, muy débil».

El vocablo «ético» (más conocido) refiere a las ideas que giran en torno a los conceptos de «rectitud y apego a la moral».

Es una deducción poco arriesgada de mi parte, aproximar estos vocablos para terminar suponiendo que de la identidad fonética y la oposición conceptual es posible construir una oración que diga: «Una persona ética es una persona hética».

Si llevamos esta oración a términos más coloquiales, podemos traducirla como «Quienes cumplen con las normas, son débiles», de la cual se desprende su contraria: «Los transgresores, son fuertes».

También podríamos deducir que una persona sufre anorexia como una reacción opositora (rebeldía) a normas que la asfixian. En sí, este padecimiento es muy semejante a una huelga de hambre, en tanto medida generadora de poder para presionar contra el orden instituido (normas, gobierno, empresarios).

En suma: el lenguaje nos está informando algo que la cultura se empeña en desmentir, esto es, que la ley está hecha para los débiles (generalmente, pobres).

Nota: La imagen corresponde al actual (marzo 2011) Primer Ministro italiano, Silvio Berlusconi, acusado judicialmente de varios actos de corrupción.

(1) Los deseos sexuales están casi-prohibidos

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1 comentario:

Anónimo dijo...

Así he leído en otra parte, que el derecho es el último recurso del débil.