El salario femenino suele ser
menor porque lingüísticamente se considera que una mujer con hijos padece un
retardo.
Las cuatro acepciones que tiene la palabra «embarazar» (1), son:
1. tr. Impedir, estorbar, retardar algo.
2. tr. Dejar encinta a una mujer.
3. prnl. Dicho de una mujer: Quedarse embarazada.
4. prnl. Quedar impedido con cualquier embarazo.
En muchas ocasiones me remito al significado oficial de las palabras porque el
lenguaje dista mucho de ser una ciencia exacta.
Sin
embargo, a partir de este código tan poco estricto tomamos decisiones en el
marco de alguna configuración del mundo, de un cierto punto de vista, de alguna
filosofía específica, de alguna doctrina concreta y, más aun, acordamos con
otras personas algunos compromisos que tienden a cumplirse a lo largo del
tiempo.
En suma 1: el lenguaje es
impreciso pero de todos modos algo hacemos con él, aunque los resultados dejen
mucho que desear.
Como
vemos, la palabra «embarazar» significa, entre otros significados, retardar.
Considerando las leyes básicas del castellano, podemos decir que una mujer
«embarazada» es o está, retardada o retrasada.
En
varios países se utilizan estas expresiones para describir un retardo mental.
Textualmente, el D.R.A.E. dice:
2. adj. Dicho de
una persona: Que no tiene el desarrollo mental corriente.
Si nos despojamos de todo
criterio humanitario (como ocurre en muchas decisiones en contextos
capitalistas), podemos pensar que una mujer puede cursar períodos de «embarazo = retardo».
A estas
cuarenta semanas (9 meses) de «embarazo = retardo», deben agregarse otro largo
período post-parto, durante el cual, si bien no está clínicamente «embarazada =
retardada», tiene compromisos muy superiores a los que tenía cuando el hijo
vivía sin darle trabajo dentro del útero.
En suma 2: Los criterios salariales aplicados a las
mujeres pueden estar influidos por ese significado «embarazada = retardada».
(Este es el Artículo Nº 1.752)
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