Existen leyendas que explican por qué el ser humano fue feliz, pero algo hizo que lo
condenó a ser infeliz.
La pobreza patológica (que tanto me interesa!!) es la
escasez aparentemente evitable que padecen algunos seres humanos.
Este es el artículo número 1767 que publico proponiendo
distintas causas probables de este fenómeno que los economistas y políticos no
han podido resolver en miles de años.
El arraigo popular de algunas creencias suele ser un hecho
que propicia la eficacia de muchas causas de la pobreza. Por ejemplo, la
creencia cristiana según la cual es bueno ser pobre, mantiene a muchos pobres patológicos viviendo en el subsuelo del planeta, como si eso les
generara ventajas que recién aprovecharían después de la muerte.
Pero no solo el cristianismo patrocina la pobreza, la
austeridad, el apartarse de una calidad de vida «privada de privaciones»
innecesarias, que provocan sufrimiento por el solo gusto de pasar mal.
Observemos otras creencias milenarias que nos explican por qué es lógico que ahora
pasemos mal. Son leyendas que nos hablan de un pasado de esplendor que, por
algún motivo que la propia leyenda explica, se perdió para siempre.
1) La leyenda del Rebis (1) nos informa que originalmente éramos perfectos, iguales a Dios, pero
que este temió por nuestra competencia y nos dividió en dos. Por eso ahora
somos tan débiles y tenemos que buscar a nuestra otra mitad.
2) Antes del Pecado Original (2) vivíamos en el Paraíso,
pero los abuelos (Adán y Eva), comieron del árbol del conocimiento del bien y
del mal y acá estamos, fuera del Paraíso;
3) Antes todos hablaban el mismo idioma, pero quisimos
conocer el cielo y Dios nos impuso idiomas diferentes.
En suma: según
estas leyendas milenarias parece lógico e inevitable que ahora tengamos
carencias, pobreza y una baja calidad de vida.
(Este es el Artículo Nº 1.767)
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