domingo, 2 de junio de 2013

La rentabilidad social y la rentabilidad económica

 
Los pobres patológicos tratan de saber más de aquello que les reporta rentabilidad social aunque desfavorezcan la rentabilidad económica.

Este blog contiene artículos referidos al concepto «pobreza patológica», el que brevemente refiere a todas aquellas escaseces materiales que infructuosamente quieren ser revertidas por quienes las padecen.

Este artículo contiene la hipótesis 1.873 que les propongo desde que empecé a publicar propuestas de corte psicoanalítico.

El núcleo de la idea refiere a nuestro instinto gregario, la participación social, las matemáticas y la espiritualidad.

Todos necesitamos ser amados, ser aceptados y ser integrados al colectivo. Esta necesidad deriva del instinto gregario.

Para percibir esa integración es preciso que podamos participar en los aspectos sociales de nuestra comunidad, desde las más amplias y numerosas como son las actividades políticas, a las más reducidas e íntimas como son los vínculos familiares.

Necesitamos comunicarnos, verbalmente y por escrito; para eso necesitamos disponer de la competencia lingüística y también tener algunos conocimientos básicos que nos permitan saber de qué se está hablando.

Si queremos participar en las interacciones sociales mediante los mencionados recursos de comunicación (lenguaje, cultura, conocimientos), notaremos que en algunos temas tenemos mayor participación que en otros. Cuando se habla de ciertos temas podemos hacer nuestro aporte valioso y cuando se habla de otros temas NO podemos hacer nuestro aporte valioso.

Podría afirmar categóricamente que una enorme mayoría de personas no se siente competente para hablar de temas en los que la opinión personal tenga poca importancia.

Queriéndolo o no, los pobres patológicos tratarán de saber más de aquello que les reporta mayor rentabilidad social aunque sea en desmedro de la rentabilidad económica.

La inmensa mayoría busca especializarse en temas en los que cualquier opinión sea válida (política, deportes, moral, espiritualidad) y abandona aquellos que exigen el conocimiento de datos precisos (matemáticas, ciencia, historia).

(Este es el Artículo Nº 1.873)


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