martes, 2 de julio de 2013

El aborto y la explotación laboral



 
El sentimiento de quienes preferirían abortar antes que ser madres es similar al sentimiento de quienes no quieren ser explotados.

Todos observamos, percibimos, evaluamos, juzgamos, sacamos conclusiones, aprendemos, nos formamos una noción sobre «cómo deberían ser las cosas», qué nos conviene más, cuáles deberían ser las decisiones más acertadas, sin embargo, muy pocos nos tomamos el trabajo de conceptualizar estas reflexiones que hacemos.

Conceptualizar no significa mucho más que describirlas, darles un formato lingüístico, redactar algo que respete la sintaxis.

Quienes leen estas descripciones pueden estar o no de acuerdo. Cuando están  de acuerdo las adoptan, se apropian de ellas, las integran a sus conclusiones.

Por este fenómeno, (conceptualizar, describir, difundir), puede ser útil este trabajo que hacemos quienes publicamos nuestras conceptualizaciones.

¿Qué nos ocurre cuando nos enfermamos? Lo que nos ocurre es que somos invadidos por seres vivos que desearían depredarnos, de modo similar a como los humanos matamos animales y vegetales para reponer energía.

Dada esta simplificación del párrafo anterior podemos concluir que los humanos somos agentes patógenos para los animales y vegetales que nos sirven de alimento.

En suma: eso que hacemos para alimentarnos con tanta santidad y sin remordimientos, es lo que hacen los virus y bacterias que nos enferman y a veces nos matan.

La actitud que tenemos contra nuestros «enemigos», (agentes patógenos), es similar a la que tendríamos respecto a los humanos si fuéramos vacunos, aves, frutas o verduras.

Quienes se oponen a la legalización del aborto están enviando una señal que puede interpretarse así: «Hacer lo que la gente quiere, (no abortar), puede imponerme una responsabilidad injusta, pesada, agobiante, durante quizá 18 años».

El sentimiento de la madre que no quiere ser madre y de todos quienes se identifican con ella es similar a quien no quiere enfermarse, ni sufrir, ni ser explotado.

(Este es el Artículo Nº 1.919)

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