sábado, 31 de marzo de 2012

El dinero es vida

Para algunas personas el dinero equivale a «vida» pues inconscientemente lo entregan creyendo asegurarse la inmortalidad.

En algunos artículos anteriores (1) mencioné que según el psicoanálisis existe una parte de la psiquis, de gran actividad e influencia sobre nuestras decisiones y actuaciones, que se mantiene aislada de la conciencia.

Para favorecer ese ocultamiento, la naturaleza ha implementado que el inconsciente y la conciencia tengan lógicas diferentes.

Esto podría compararlo con dos personas que están juntas pero que no se comunican porque pertenecen a culturas tan distintas que hasta hablan lenguas diferentes (por ejemplo, alemán y español).

También agregaba que el inconsciente de algunas personas «cree» que si un banquero da un préstamo a un año de plazo, está asegurando que el prestatario (el tomador del préstamo, quien recibe el dinero), vivirá por lo menos ese año.

Con esta lógica del inconsciente tan ilógica para la conciencia, el inconsciente de esa persona influye para que permanezca endeudado toda la vida, excepto que alguien le haga saber al sobre endeudado que quizá su inconsciente está creyendo esta idea tan loca.

En otro artículo (2) también les decía que nuestro inconsciente comete otro error, «ayudado» por las compañías aseguradoras, cuando contrata el mal llamado «seguro de vida», cuyo objetivo real es indemnizar cuando muera a los beneficiarios que el contratante haya determinado, pero que por su ambigua denominación suele ser comprado por una decisión impuesta por un inconsciente que, estimulado por el instinto de conservación, «cree» que «seguro de vida» significa «inmortalidad».

Quien toma préstamos para sobrevivir y quien compra seguros para sobrevivir, están entregando dinero a cambio de vida. En el primer caso paga intereses y en el segundo caso paga el costo del seguro.

Conclusión: Podemos concluir que para el inconsciente de muchas personas (no de todas), el dinero es vida.

(1) Deuda sin duda

Todo bajo estricto descontrol

(2) El engaño de los seguros de vida

(Este es el Artículo Nº 137)

●●●

No hay comentarios: