domingo, 1 de septiembre de 2013

Quien aporta dinero, trabaja y está ausente




El dinero es trabajo. Quien aporta dinero aporta trabajo que insume un tiempo de no estar con la familia.

Hace veintiséis siglos existía la profesión de sofista.

Al principio fueron muy respetados pero luego cayeron en descrédito.

Como sabían mucho de casi todo eran considerados sabios, pero el fuerte de ellos era el lenguaje, la retórica, el uso eficaz de las palabras.

Fueron muy criticados porque se destacaban defendiendo o atacando cualquier punto de vista. Ellos podían encontrar argumentos a favor y en contra de lo que fuera. Eran capaces de atacar y defender el mismo asunto con similar consistencia argumental.

Como no podía ser de otra forma despertaron desconfianza porque tendemos a pensar que la honestidad se demuestra defendiendo a una única idea y atacando la contraria. No está bien visto que alguien resalte con similar fervor los pros y los contra de algo. Esa mayoría, sin darse cuenta, está más conforme con los fundamentalistas, los extremistas, los maniqueos y, por qué no decirlo, con los necios incapaces de entender que la perfección no existe y que, por lo tanto, nada puede ser perfectamente bueno ni perfectamente malo.

Con esta introducción procuré defenderme anticipadamente porque este artículo parece redactado por sofistas.

Muchas mujeres dicen preferir que su esposo sea compañero. Suelen quejarse de los esposos que nunca están.

Se molestan con quienes dedican demasiado tiempo a ganar dinero en desmedro de atender la vida familiar.

Esta queja sería injusta para el caso de que ese esposo muy trabajador y ausente realice importantes aportes económicos para el bienestar de la familia.

El argumento sofista está en que el dinero no es otra cosa que trabajo. Si el marido aporta mucho dinero, aporta a su hogar mucho trabajo al que debe dedicarle ese tiempo que le resta a la familia.

(Este es el Artículo Nº 1.969)

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