Este artículo recuerda algunas enseñanzas que todos recibimos en la etapa escolar y que no figuran en los programas.
¿En qué consiste nuestra primera enseñanza, aquella que nos dieron
cuando éramos pequeños, más ingenuos, inquietos, curiosos?
En general pensamos que durante aquellos seis o siete años nos
informaron sobre idioma, matemática, historia, geografía y algunos otros temas.
Por lo tanto, de eso no corresponde decir nada porque es lo que
seguramente todos conocemos.
Trataré de recordar otras enseñanzas que no figuraron de forma más
explícita.
Por ejemplo, nos enseñaron a vivir durante algunas horas en un régimen
piramidal, donde había directores, subdirectores, secretarios, psicólogos,
maestros, auxiliares, cuidadores, porteros, reparadores de lo que suele
estropearse (pintura, muebles, mampostería, vidrios, electricidad, sanitarios).
En ese ámbito aprendimos quién manda más, quién obedece más y todos los
grados intermedios. Según la organización de nuestro colegio, en muchos casos
aprendimos que los alumnos son quienes tienen menos poder, pero en otros, los
alumnos pueden detentar un poder despótico, que hace temblar hasta las más
altas jerarquías porque cualquier malestar del estudiantado se castiga
severamente.
Indirectamente aprendimos algunas nociones de puntualidad, administración
del tiempo, cronología en el avance de los temas enseñados, ordenamiento
progresivo en dificultad.
También aprendimos algo que luego podremos aplicar en otros lugares de
estudio, de trabajo y hasta de reclusión penitenciaria: existen horas de encierro,
de trabajo, de privaciones, que se alternan con momentos de recreo, de
esparcimiento, de distracción.
Muy probablemente tuvimos prácticas de bullying (como víctimas o como
victimarios) y nociones teórico-prácticas sobre la Ley del silencio (omertà),
esa norma propia de la mafia siciliana y que aplica terribles penas a quienes
denuncian delitos, irregularidades, travesuras.
Saldremos de la escuela sabiendo que los más fuertes, carismáticos y
crueles gobiernan, con desconsiderado despotismo, a los débiles, aburridos,
piadosos.
Así fuimos educados.
(Este es el Artículo Nº 2.039)
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