viernes, 19 de noviembre de 2010

El fracaso saludable

En un artículo publicado hoy (1), hago referencia al éxito, desde el punto de vista etimológico y de cómo algunos lo buscan, procuran y soportan en vida, así como otros lo obtienen porque es sabido que los humanos tenemos con nuestros muertos un juicio muy tolerante, comprensivo y aprobatorio.

Otro aspecto interesante de esta palabra (éxito) y su significado, refiere a una posible asociación inconsciente.

«Exit» es una de las pocas palabras (además de «yes» y «please»), que casi todo el mundo conoce del idioma inglés.

Lo vemos en las películas y en la televisión, indicando «la salida».

No es difícil asociar «exit» con muerte, en tanto esta es la salida de la vida.

Es de recibo la hipótesis de que algunas personas teman el éxito, no por lo que conscientemente sabemos que provoca (un gran esfuerzo para obtenerlo, posterior pérdida de privacidad, un gran esfuerzo para conservarlo), sino porque éxito equivale (inconsciente y lingüísticamente) a morir.

Esta posible asociación inconsciente está vinculada (es coherente con) la intuición de que si algún día nos quedáramos sin necesidades y deseos, dejaríamos de existir.

Efectivamente, nos quejamos casi siempre de las carencia y los deseos frustrados, pero intuimos (más que sabemos conscientemente), que si algún día nos quedáramos sin necesidades y deseos, eso coincidiría con la falta de vida.

Dicho de otra forma, tenemos la noción de que sólo los muertos no tienen necesidades y deseos.

La depresión anímica, es una dolencia muy penosa porque incluye la apatía, la falta de interés por lo que nos rodea, nada nos importa cuando ese padecimiento nos ataca.

En suma: aunque el éxito parece accesible a pocas personas poseedoras del talento suficiente, no podemos descartar la idea que también sea evitado porque se lo asocia con la muerte (exit = salida = muerte).

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