Como ustedes saben, el psicoanálisis sobrevive porque dice y piensa cosas un poco raras.
Los psicoanalistas estamos más cerca de la poesía que de la ciencia.
El arte se ha visto fuertemente beneficiado por esta cantidad de nuevas ideas, que aparecieron a partir de suponer que somos dominados por un órgano autónomo, que se reporta a la naturaleza y al lenguaje, subordinando a su dueño.
Dicho de otra forma, el psicoanálisis sostiene que no hacemos lo que queremos sino lo que quiere nuestro inconsciente. Este no hace lo que quiere sino lo que indica el orden natural, y está organizado como si fuera un lenguaje: con su gramática, metáforas, metonimias.
Estamos en el mes de octubre del año 2010 y hoy están siendo rescatados 33 mineros de una mina chilena.
El 5 de agosto pasado, quedaron atrapados en una galería y se los dio por muertos durante varios días.
Cuando se supo que seguían vivos, comenzaron las tareas de perforación y rescate.
Algunas fantasías inconscientes que despierta este hecho —mundialmente televisado—, son:
— Muerte y resurrección del ser humano;
— La zona se llama San José (padre del único resucitado conocido);
— Miedo a enterrar a nuestros muertos sin que hayan fallecido realmente (catalepsia);
— Existen muchos misterios por conocer (extraer de la tierra);
— Individualmente, tenemos mucho por conocer, averiguar, aprender, descubrir;
— En tanto «nada es más valioso que la vida humana», la tierra aún retiene riqueza superiores al oro, los diamantes, el petróleo, ... que podemos extraerle;
— «Dentro mío existen muchas personalidades que aún nadie conoce»;
— Este hecho completa la historia de «la tragedia de los Andes», estableciendo la conclusión de que los humanos, tanto salvamos a nuestros semejantes como los abandonamos a su suerte ... y de ahí, cada uno se pregunta: «¿qué harán conmigo cuando necesite ayuda?».
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viernes, 19 de noviembre de 2010
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