La astrología fue una ciencia confiable para una mayoría de sabios de la antigüedad. Actualmente, es respetada por personas sugestionables de cualquier estrato socio-económico.
Algo de aquel prestigio aún se conserva secretamente escondido dentro de nuestro lenguaje.
La palabra sidus en latín significa estrella. La palabra con-siderar originariamente significaba «ser guiado por las estrellas» y de-siderare luego se convirtió en desear y significaba «NO ser guiado por la estrellas».
En su origen fue muy tranquilizador conocer cuál era el camino correcto para seguir en la vida y esto era posible gracias a una correcta lectura de las estrellas usando las técnicas de la astrología.
Este conocimiento de cuál era el camino más adecuado implicaba ser una persona con-siderada. Lo contrario era ser deseante (de-siderare o sea de-siderado, o sea, algo así como «carente de la información de las estrellas»), o sea, desnorteado, despistado, desorientado.
Actualmente, las personas que han pasado varias pruebas hasta obtener un título de alguna institución de enseñanza confiable (ingeniero, abogado, psicólogo, carpintero), posee —para el resto de la sociedad— características tan tranquilizadoras como aquella otra que antiguamente respetaba el destino impuesto por las estrellas (con-siderado).
Nuestra cultura sigue recelando (desconfiando, dudando, criticando) de quienes respetan su propio deseo, y continúa confiando en quienes respetan el deseo ajeno (de los gobernantes, de los religiosos, del sindicato).
En esencia no han habido cambios sustanciales en estos dos últimos milenios.
Valoramos a quienes repiten obsecuentemente (obedientemente) lo que ya fue dicho.
De esta manera, si ayer hubo mala distribución de la riqueza, hoy también deberá haberla para no cuestionar las creencias, métodos y acciones de nuestros antepasados.
Aunque parece predominar un espíritu laico y liberal, a la hora de contratar a un nuevo colaborador, queremos que sea tan respetuoso como un religioso y tan disciplinado como un militar.
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Deseo desear con menos deseo
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martes, 22 de junio de 2010
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