En un ejercicio semántico, constatamos que las
acepciones del verbo «atraer» se
corresponden con los vínculos en la pareja humana.
Los invito a una excursión
lingüística, afectiva y reproductiva.
Subiremos al gran colectivo: el Diccionario de
la Real Academia Española (1) y recorreremos las diferentes acepciones de la
palabra «atraer»:
1. tr. Dicho de un cuerpo: Acercar y retener en virtud de sus propiedades
físicas a otro externo a sí mismo, o absorberlo dentro de sí. El imán atrae el hierro. Un remolino atrajo al marinero.
(Como vemos, el verbo refiere a un fenómeno de acercamiento entre
dos cosas [que también podrían ser personas]. En el ejemplo del «imán» podemos
agregar que la parte activa la tiene él, pero si no fuera porque el hierro
responde a esa atracción, nada ocurriría. Un trozo de papel, por ejemplo, no
responde a la convocatoria de un imán. )
2. tr. Dicho de una persona o de una cosa: Hacer que acudan a sí otras cosas,
animales o personas. La miel atrae las moscas. El hechicero atrajo la lluvia con una danza.
(En esta acepción aparecen las personas, como ocurre con los
varones cuando son atraídos por una mujer hormonalmente en celo).
3. tr. Acarrear, ocasionar, dar lugar a algo. El
cambio de Gobierno atrajo la inversión extranjera.
(Acá
tenemos al fenómeno de atracción que con-mueve al varón elegido por ella).
4. tr. Dicho de una persona o de una cosa: Ganar la voluntad, afecto, gusto o
atención de otra. U. t. c. prnl. El rey se atrajo a las masas.
(Ahora se define el efecto de seducción).
5. prnl. Dicho de las partículas de los cuerpos: Mantener su cohesión recíproca
en virtud de sus propiedades físicas. Los átomos y las
moléculas se atraen.
(Acá se define a las parejas estables, duraderas,
vitalicias).
(Este es el Artículo Nº 1.761)
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