martes, 4 de mayo de 2010

¿Qué versión de inconsciente posee usted?

Nadie comprende el significado de la oración «Me violín de dormir estudiante deja el no», pero si aplico las normas gramaticales de la sintaxis, entonces puedo comunicar algo diciendo «El estudiante de violín no me deja dormir».

Uno de los ejes de la teoría psicoanalítica es el concepto de «inconsciente». Es esa parte de nuestra psiquis de la que sólo sabemos algo por deducción pero nunca por contacto directo.

Lo imaginamos como un depósito de instintos, de ideas o experiencias olvidadas y con esta creencia realizamos algunos procedimientos terapéuticos que mejoran realmente la calidad de vida de los pacientes.

Una de las definiciones del inconsciente es la de Jacques Lacan: «El inconsciente está estructurado como un lenguaje».

En el primer párrafo escribí una oración que no cumple aspectos gramaticales (sintaxis) al lado de otra que sí los cumple.

Pondré un ejemplo para explicarme: El cerebro es como una computadora y el lenguaje es su sistema operativo (Windows, Ubuntu).

Este «lenguaje-sistema operativo» nos mantiene integrados a la naturaleza en la medida que cumpla con la sintaxis, esto es, que funcione bien para que nos permita interactuar armoniosamente con el entorno (sociedad, ecosistema).

Nuestra salud depende de no estar en conflicto con las leyes naturales y para ello necesitamos un inconsciente (un pensamiento básico, una filosofía, un «sistema operativo») que cumpla con las leyes naturales.

El psicoanálisis —como procedimiento terapéutico— equivale a un «corrector gramatical» de nuestra forma de pensar más íntima, profunda, determinante (el inconsciente).

Se puede constatar que la calidad de vida de quienes han cursado un tratamiento psicoanalítico mejora significativamente.

Dicho en otros términos, este tratamiento logra mejorar nuestro vínculo con la naturaleza, lo cual evita enfermedades, malestares, accidentes, fracasos, pérdidas, frustraciones, miedos, angustia.

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