lunes, 3 de mayo de 2010

Tenemos libertad condicionada

La palabra sujeto es interesante aunque cuando la usamos no seamos conscientes de lo que estamos danto a entender.

Los psicoanalistas pensamos que todos hablamos sin saber exactamente qué estamos comunicando. Conocer algunas significaciones menos evidentes puede servir para mejorar nuestra forma de comunicarnos y de perfeccionar los vínculos con los demás y con nosotros mismos.

Sujeto alude a sujetado, atado, prendido. Si estamos sujetados entonces no somos libres.

Siempre que hablamos estamos aludiendo a un sujeto que por lo tanto no está libre sino que está sujetado a algo.

El sujeto de una oración es de quien se dice algo: «Juan camina rápido». El sujeto de esta oración es «Juan», de quien digo que realiza la acción de caminar y que además lo hace rápido.

¿A qué está sujetado Juan? Para empezar al uso de un lenguaje que no le pertenece sino que es de todos. Está preso del idioma. No puede liberarse de él. Sólo puede pensar dentro de su idioma (algunos adquieren la destreza de pensar en otros idiomas, pero siempre en relación de dependencia a ellos).

Como habrán observado, el idioma tiene una cierta estructura, una cierta lógica. Las oraciones incluyen sujeto, verbo y predicado, algunas palabras modifican el verbo (adverbios), otras modifican sustantivos (adjetivos), existe una sintaxis que dice en qué orden se ubica cada palabra y como éstas, existen muchas leyes gramaticales que nos obligan a hablar y pensar de una manera y no de otra.

En suma: la libertad de pensamiento es relativa y nunca es absoluta porque estamos sujetos al lenguaje.

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